Muchas veces uno se encuentra un juego, una de esas maravillas, que te reúnen la sencillez con la complejidad, el misterio con el humor y la exploración con la gusa más mortal que vuestro estómago pueda soportar. Bueno, puede que no tan a menudo, pero a veces se da el caso, por eso estoy aquí, os voy a hablar de esa maravilla llamada «Don’t Starve» traed unos ganchitos o algo, no vaya a ser que hagamos el chiste fácil.
Te encuentras y te encuentras bien jodido.
Una figura que parece apestar a brummel sale del suelo, te dice que deberías hacerte un refugio y pillar provisiones antes de que llegue la noche, para antes que te des cuenta de la movida gordísima, coge y se pira igual que vino, por el suelo. Y aquí estás, perdido en un bosque sin demasiada idea que hacer.
Aquí empieza la aventura, que os irá sonando según juguéis.